esa noche estuvo bien
mucho mejor que esa tarde
que los gritos
que la peleas
que sentirnos fuera de lugar
incómodos
extraños.
los sorrentinos con crema y jamón ayudaron
el vino, por supuesto, también
los disfraces y convertirnos en quienes nunca somos y siempre nos gustaría ser
porque el disfraz te permite gustarte un poco más.
el resultado y la evidencia de esa velada con final feliz son estas fotos sacadas por Renata, una uruguaya muy simpática...
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